Sanatorio Durán
El Sanatorio Durán fue fundado en 1918 por el médico y expresidente de Costa Rica, Carlos Durán Cartín. Lo que es hoy un lugar recreativo fue en principio un lugar al que se llevaban enfermos de tuberculosis, para aislar, tratar e intentar encontrar una cura contra dicho padecimiento.
Una hija con tuberculosis fue una motivación más para llevar al médico a investigar en diversos lugares más respecto a esta enfermedad.
A prinicipios del SXX ningún país centroamericano contaba ni con las instalaciones ni con los profesionales idóneos para tratar esta enfermedad por lo que luego de muchos viajes e investigaciones el doctor Durán se decidió a seguir el modelo de una insititución neoyorquina en la que se quedó hasta aprender su método y regreso a Costa Rica a implantarlo.
Don Carlos Durán tenía su casa familiar en las instalaciones del Sanatorio ya que allí pasaba muchísimo tiempo, incluso llegó a instalar una morgue en su sótano para continuar investigando más sobre las enfermedad en su intento por encontrar una cura.
Quizá haya sido el sótano - morgue en su casa sumado a las anécdotas ya contadas por muchas personas en aquel entonces, lo que hasta el día de hoy ha dado pie a diversas leyendas e historias de terror.
Es escalofriante pasar por algunos rincones del Sanatorio Durán, incluso se siente un poco de tristeza al mirar las habitaciones, los baños y tratar de hacerse una idea de cómo era la vida a principios del siglo pasado, enfermo y desesperado en un lugar rodeado de una naturaleza maravillosa, pero apartado de la sociedad.
El Sanatorio dejó de funcionar como tal en 1963 debido a los avances médicos y la reduccción en el número de enfermos. Sin embargo; curiosos seguimos visitándolo hasta el día de hoy en busca de alguna evidencia de su leyenda urbana.
Hasta periodistas y cineastas se han sumado a pasar una noche en el lugar para luego contar sus impresiones ( te invito a buscar más sobre él en internet), pero uno de los que más ha llamado la atención fue Chris Mckinnell, nieto de Ed y Lorraine Warren (investigadores estadounidenses de fenómenos paranormales).
Según Chris, en el Sanatorio Durán no se sienten malas energías, pero sí mucha tristeza, dolor y desesperación. Después de haber planeado trabajaren este lugar por un período de tres meses, decidió no volver después del primero ya que sentía mucho dolor emocional y desgaste físico.
Ver para creer, o quién sabe, pero sin duda es impresionante visitar este lugar, se crea o no, se quiera ver algo o no de lo que tanto escuchamos, al menos en Costa Rica.
Para visitar este lugar (y muchos otros, claro) puedo recomendar al equipo de @vamonoscostaricatours, quiénes nos dieron un último domingo de vacaciones lleno de experiencias bonitas y en el que aprendimos un montón.
Toros a la tica
Unas corridas sin sangre, son una antigua tradición en Costa Rica, según un estudio de la Universidad de Costa Rica en 2015, más del 94,5% de los ticos ve las corridas por televisión y un 50% ha visitado un redondel por su causa.
Estas son sin duda, otra de nuestras herencias españolas, aunque estas corridas desde hace mucho pasaron a llamarse “corridas a la tica”, debido a que no se celebran con la usanza española, para los costarricenses es inaceptable el acto de matar a un animal en nombre de la tradición o cultura; lo que también es el caso de muchos españoles claro, ya que contrario a lo que se piensa, esta es una práctica aborrecida por muchos en el país europeo.
Para los ticos, las corridas son motivo de risa porque no hay toreros profesionales, sino improvisados, los que se hacen corretear por el toro y claro, a veces hay accidentes, con la diferencia de que aquí la víctima normalmente será “el torero improvisado”.
A pesar de ser una tradición nacional, es punto de fuertes críticas por los defensores de los derechos de los animales, debido a que aunque los toros no se maten, son víctimas del estrés causado en su transporte, preparación y al ser expuestos ante la gritería de tanta gente y luces artificiales, sin dejar de lado a las víctimas humanas que dicen hacer esto por la adrenalina que sienten al participar.
Las posadas navideñas
Las posadas navideñas Celebradas desde épocas de la Colonia y con un origen de carácter religioso, estas festividades se llevan a cabo de un modo popular desde el siglo XVIII, momento en el que empezaron a ser organizadas por las familias de toda América Latina.
Las posadas van del 16 al 24 de diciembre y consisten en representar a María y José en su peregrinación de Nazaret a Belén, cada día grupos de personas tocarán puertas y pedirán posada con las canciones típicas de esta celebración, la que culminará el día 24 con “el nacimiento del niño Jesús”.
En México las posadas van más allá de una celebración religiosa, estas representan canastas de dulces, ponche calientito, luces y hasta piñatas. Antes de la llegada de los españoles ya existía una celebración similar en la que por 20 días, del 6 al 26 de diciembre, se celebraba la llegada del Dios Huitzilopochtli. Con la llegada de los españoles se fusionó con el cristianismo y con el pasar del tiempo se han ido dejando en el pasado viejos elementos para dar lugar a los nuevos que se añaden poco a poco.
Un motivo de celebración en el que las personas se reúnen para disfrutar de la época navideña con sus seres queridos y disfrutar de momentos invaluables.
Como tantas tradiciones mexicanas, las posadas tienen su origen en lo que fue una mezcla de dos culturas, por un lado el culto a dioses aztecas y mayas, por otro los rituales cristianos y el proceso de evangelización. Pasaron de una rigidez de ritos cristianos en las iglesias a formar parte de la tradición popular y accesible, ahora celebradas en las calles invitan a todo el que quiera participar.
El Festival de la Luz
El Festival de la Luz Celebrado entre la segunda y la tercera semana de diciembre reune a montones de personas en las calles para disfrutar de un espectáculo de luces, música y de la magia navideña.
Esta fiesta se considera el inicio oficial de la Navidad. El Festival de la Luz es definitivamente la mejor excusa para ir a Costa Rica en diciembre.
Esta tan esperada celebración se lleva a cabo el segundo sábado de cada diciembre desde hace 25 años, es una razón más para que los ticos celebren en las calles en la época dicembrina, el clima agradable y sus frescas brisas en la capital son parte de la magia de El Festival de la Luz.
Esta fiesta consta de un desfile por las principales calles capitalinas con bandas musicales, mascaradas, música en vivo, fuegos artificiales y carrozas. Carrozas de instituciones como el Instituto Costarricense de Electricidad, Instituto Costarricense de Turismo, Dos Pinos y la de la Municipalidad de San José son algunas de las más esperadas y admiradas.
Las carrozas son premiadas por diversas categorías: la más brillante, la más original, la más elegante, la que cuente con mejores elementos móviles y la que tenga mejores elementos de luz.
Sin duda una experiencia inolvidable en un mes mágico en Costa Rica, ya que recientemente han acabado las lluvias y se sienten “las brisas navideñas“, es algo así como la Navidad un buen día de primavera